Desde el siglo XVII el núcleo realejero de Icod
el Alto rinde tributo a su imagen de Nuestra Señora del Buen Viaje. Como cada
final del mes de agosto, son miles de personas de toda la isla las que se
acercan a homenajear y entonar plegarias a la conocida como la “Candelaria del
Norte”. Esta tradición ha quedado arraigada sobre todo en el corazón de
habitantes que tuvieron que emigrar a Venezuela, Cuba y otros países de
Latinoamérica. Se da la circunstancia de que por la orografía de este núcleo
los vecinos tuvieron que dividirse en cuarteles, un sistema de fracción
poblacional, sumando hasta siete estancias que representan con una bandera
propia. Las fiestas en honor a su virgen adquieren una significación especial
por el fervor y la entrega de sus habitantes, siendo protagonistas de la
organización y el desarrollo de un intenso programa de actos donde cabe el
apartado religioso, pero también el más festivo, deportivo y cultural. En este
último apartado destacó la exposición 'El paso de la cumbre', así como la
participación de intérpretes de la música popular como Fabiola Socas, Domingo
Rodríguez “El Colorao” o Tigaray. El alcalde accidental de Los Realejos, Adolfo
González, destaca “la gran sensibilidad y empeño que la comunidad parroquial y
la comisión de fiestas han puesto en la conservación y realce de las propias
tradiciones de Icod el Alto, entendiéndose así el atractivo que supone año a
año para visitantes y devotos de toda la isla”.
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