Partidos políticos del Ayuntamiento, representantes de las asociaciones de las calles del Medio y del Sol y de la pirotécnica Hermanos Toste integrarán una comisión de trabajo.
Partidos políticos, asociaciones y profesionales pirotécnicos de Los Realejos han decidido unirse para lograr que el Gobierno del Estado declare las Fiestas de Cruces y Fuegos de Mayo como una celebración que quede exenta del cumplimiento del Reglamento de Artículos Pirotécnicos y Cartuchería. Esta semana se produjo la segunda de las reuniones convocadas en el Ayuntamiento realejero, con la intención de trabajar conjuntamente para proteger las Fiestas de Cruces y Fuegos de Mayo de la que consideran una normativa que podría dañar una de las tradiciones más importantes de la localidad.
A petición de las asociaciones culturales y festivas Cruces de la Calle del Medio y del Sol, el encuentro tuvo lugar el pasado jueves al que acudieron representantes de los tres grupos políticos presentes en el Consistorio: CC, PP y PSOE; de las citadas asociaciones así como de la pirotecnia Hermanos Toste. En la reunión, y atendiendo a la solicitud de las citadas asociaciones, se acordó constituir una comisión de trabajo que estará integrada por representantes de los sectores mencionados, que “tramiten ante la Subdelegación del Gobierno nuestra petición para declarar la excepcionalidad de nuestra fiesta” indican las citadas entidades de las Calles del Medio y del Sol.
Por su parte, el concejal de Fiestas, Salvador García, presente en el encuentro, junto al primer teniente de alcalde, Tomás Pérez Luis, en representación del grupo de gobierno local de CC, recordó que “se da la circunstancia de que hace apenas un año, concretamente el 2 de diciembre de 2009, que la Dirección General de Ordenación y Promoción Turística del Gobierno de Canarias declaró esta señera celebración como Fiesta de Interés Turístico de Canarias, primera en las islas en recibir tal mención, por lo que consideramos un despropósito este nuevo reglamento, que hará que pierda su esencia”.
El Reglamento de Artículos Pirotécnicos y Cartuchería se aprobó por Real Decreto 563/2010 de 7 de mayo y entró en vigor al día siguiente. Sin embargo es la denominada Instrucción Técnica número 8, en el apartado relativo a las distancias de seguridad en los espectáculos con fuego, el que afecta a la fiesta realejera. Entre sus disposiciones aclara que la distancia de seguridad que se deben de guardar en espectáculos con fuego aéreo, oscila entre los 25 metros al público y 10 metros a edificios y los 350 (público) y 140 (edificios) según el calibre de los cañones.
A juicio de los componentes de las asociaciones de ambas calles, estas distancias impedirían la celebración de las Fiestas de la Cruz y Fuegos de Mayo tal cual se desarrollan ahora, habida cuenta de la limitación del terreno donde se ubican los cañones en el Realejo Alto. En este punto, el concejal de Fiestas aclaró que “este reglamento no afectará a la edición de este año, ya que según recoge el texto estará vigente a partir de mayo de 2013, sin embargo “y tal y como nos han pedido las asociaciones, queremos trabajar ya para que se respete la esencia de nuestra fiesta, mediante la petición de su excepcionalidad, porque consideramos que, en caso contrario, este festejo acabará perdiéndose”, matizó Salvador García Díaz.
El pique de fuegos artificiales que se celebra en la noche del 3 de mayo en el municipio, entre las calles del Medio y el Sol, para conmemorar la Fiesta de las Cruces y Fuegos data –según algunos estudios- del siglo XVIII, concretamente de 1770. Sus inicios se relacionan con la existencia de dos clases sociales diferenciadas: los propietarios de las tierras por donde discurría la calle de El Medio, y los medianeros y pequeños campesinos de la calle de El Sol.
La sana rivalidad entre ambas calles comienza históricamente como un día de conflicto simulado entre marqueses y campesinos. La porfía consistía en que al paso de la Cruz en procesión, cada calle encendía hogueras, humos de colores y se hacía ruido, de modo que ganaba aquella que mayores fogatas, columnas de humo o más ruido hubiera hecho.
Hoy en día esta celebración se ha convertido no solo en una de las de más tradición y belleza de Canarias, sino que además en los últimos cinco años se han contabilizado 250.000 personas que han acudido expresamente al municipio atraídos por esta fiesta, con una media de 50.000 personas en cada edición, por lo que es conocida no sólo a nivel insular, sino regional, nacional e internacional.
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