Quince medios de
comunicación del Archipiélago se harán eco de la tradición mariana que une a
Los Realejos y Puerto de la Cruz


“Radio
Nacional de España, Cadena SER, Cadena COPE, Radio Ecca, Onda Cero, Televisión
Canaria, Mírame Televisión, todos ellos de cobertura regional, los períodicos de una y otra provincia como
El Día, Diario de Avisos, La Opinión de Tenerife o Canarias 7 y La Provincia,
las emisoras municipales Radio Realejos o Radio La Guancha, Mi Tierra
Televisión, son los medios de comunicación que han contactado hasta el momento
con nuestro Gabinete de Prensa para dar difusión a la presente edición de esta
conmemoración”, adelanta la concejala de Fiestas, Isabel Socorro.
Destaca
que “desde 1750 y fallando únicamente en una ocasión en 1812 a consecuencia de
una epidemia que afectó a esta zona de la isla de Tenerife, los marinos de
Puerto de la Cruz tienen el privilegio de cargar a nuestro preciado tesoro, la
imagen mariana realejera que mayor fervor despierta, talla escultórica de la
escuela genovesa de Antón María Maragliano que es además desde 1985 la
Alcaldesa Honoraria y Perpetua de la Villa de Los Realejos”.
Así,
las calles del núcleo realejero de San Agustín volverán a ser un hervidero de
gentes venidas de todos los rincones de la isla para presenciar este domingo 29
de julio una de las procesiones más peculiares de cuantas se celebran en
nuestro archipiélago, la de la Octava del Carmen, en la que son los devotos de
un municipio los que procesionan a la imagen de referencia de otro municipio.
Tras la celebración eucarística
prevista para las 19:00 horas en el Santuario de Nuestra Señora del Carmen, que
estará cantada por el grupo Tigaray, la procesión con la imagen de la Alcaldesa
Honoraria y Perpetua de Los Realejos y también considerada patrona de la gente
de la mar y de todo el Valle de la Orotava, recorrerá las calles de San Agustín, La Alhóndiga, La
Virgen, García Estrada, El Mar y El Carmen, y lo hará como es tradición entre
los cánticos de los marineros y los miles de fieles que la acompañarán en todo
momento, así como la exhibición pirotécnica a cargo de los Hermanos Toste.
Según el alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez, “es una suerte
ser realejero, ser vecino de este Norte de la isla, y vivir cada año el inusual
hecho de que un municipio de brazos abiertos como el nuestro presta a su
venerada imagen a los vecinos de otra localidad para que la carguen en
procesión, cumplir con este pacto no escrito de casi 270 años de tradición por
el que nos hemos puesto manos a la obra entre las áreas municipales de Fiestas
y Turismo, la parroquia y los colectivos vinculados a estas celebraciones para
incoar el expediente de declaración de Fiesta de Interés Turístico de
Canarias”.
“No sólo la intacta belleza artística de la talla de Nuestra
Señora del Carmen y la larga devoción que ha extendido más allá del municipio,
sino ser desde 1985 la Alcaldesa Honoraria y Perpetua de Los Realejos y el
hecho de que en el día grande de su festividad, en la llamada Octava del
Carmen, sea portada a hombros por los marineros y pescadores llegados del
vecino Puerto de la Cruz al núcleo realejero de San Agustín, confieren a esta
celebración el carácter de hito histórico y religioso y una particularidad sin
parangón en Canarias”, expone Manuel Domínguez.
Anecdotario
de una tradición de dos pueblos
Según el investigador portuense José Javier Hernández,
“cuando se acerca la celebración de la Octava de Nuestra Señora del Carmen,
siempre a continuación de las fiestas patronales del Puerto de la Cruz, estas
personas, de oficios diferentes pero relacionados todos ellos con la mar o la
comercialización de sus productos, se pasa aviso en sus lugares habituales de
reunión o de trabajo para quedar, de esta forma, citados en Los Realejos la
tarde en que tiene lugar la procesión de los marinos. Algunos asisten antes a
la ceremonia religiosa del Día de la Virgen”.
Llegada ya la fecha principal, los portuenses, que llaman
cariñosamente, a esta imagen como “la Virgen de secano” entonan ante la patrona
poco antes de organizarse la procesión la Salve Marinera, al mismo tiempo que
contemplan, devotos, el rostro espléndido de la escultura dirigiendo
repetidamente hacia ella sus brazos como
muestra del cariño y respeto que les merece.
Existe, aún hoy, la creencia de que los realejeros
colocan bajo las andas piezas de metal que aumentan el peso, para que el movimiento
con la imagen no sea tan brusco. Haya cierto o no en el pasado, es éste el
motivo por el cual uno de los del Puerto examina, de forma discreta, el
interior de la mesa del trono, bajo las cuelgas de damasco.
Junto a los cargadores, sus familiares más cercanos
acompañan a la imagen por las calles de San Agustín. En torno a todos ellos
surge una sucesión de muestras de afecto, gritos y vivas de exaltación a la
Virgen. Dentro de esa atmósfera, mezcla de devoción y alegría, no ha de faltar
la petición piadosa dicha con peculiar estilo, en parte serio y en parte
humorístico, que es característico en el hombre isleño.
Es evidente que en la Octava, los marinos
portuenses quieren, de alguna manera, sentir y hacer sentir a los demás que la
imagen realejera del Carmen, al menos ese día, es más suya. Los habitantes de
Los Realejos han aceptado siempre, con mayor o menor grado de aprobación, estas
muestras de fervor que son el ofrecimiento de los hijos del Puerto a su Madre.
Al fin y al cabo, tras los fuegos, ella habrá de volver, inequívocamente, a su
casa en el Santuario que lleva su nombre en el núcleo realejero de San Agustín.
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