Oswaldo Amaro hace hincapié en el beneficio para las empresas y vecinos de la zona y para la fluidez de los miles de usuarios de esta conexión
El alcalde de Los Realejos, Oswaldo Amaro Luis, mostró ayer su satisfacción con la apertura al tráfico de la variante de Toscal-Longuera que comunica el municipio realejero con la localidad del Puerto de la Cruz. Según anunció el mandatario aunque las obras de la vía están concluidas aún no se ha recibido oficialmente, pues está pendiente de la instalación de la iluminación que se pondrá en funcionamiento en breve.
Oswaldo Amaro se congratula por cuanto “no sólo se trata de una vía necesaria de conexión entre ambos municipios, sino primordial para Los Realejos y el desahogo del tráfico en esta Villa”. El mandatario recordó que las obras han supuesto una mejora sustancial tanto al denso tráfico que atraviesa esta zona diariamente, habida cuenta de la importante actividad económica que se ubica en ella, sino en cuanto a la mejora de la calidad de vida de los residentes de los núcleos que conecta”.
Las obras se recibirián oficialmente en unas semanas “pero se ha decidido su apertura, inicialmente por tramos -según iban concluyendo- y posteriormente en su integridad al tráfico dado que su ejecución se prolongó en el tiempo más de lo previsto y ya se había convertido en una demanda de sus múltiples usuarios”.
Los trabajos afectaron a una superficie de 1,8 kilómetros de la carretera Tf 1.323, tramo que se extiende entre la calle Bencomo -dentro del término municipal de Puerto de la Cruz- y la C-820, a través del camino de El Burgado. Los trabajos consistieron en la mejora y ampliación -en algunos puntos- de la vía, y entre las obras efectuadas se encontraban la creación de glorietas, aceras y cuatro carriles nuevos en ambos sentidos para la circulación de vehículos, con una mediana en el centro ajardinada.
Las obras supusieron una inversión de algo más de cinco millones de euros aportados entre el Cabildo de Tenerife y los Ayuntamientos de Los Realejos y portuense, previa firma de un convenio de colaboración y tras resolver, en su día, las expropiaciones de terrenos que se precisaban para mejorar la vía. Los trabajos fueron adjudicados por el Cabildo y comenzaron en 2005 y, tras superar muchas vicisitudes, han concluido recientemente.
El alcalde de Los Realejos, Oswaldo Amaro Luis, mostró ayer su satisfacción con la apertura al tráfico de la variante de Toscal-Longuera que comunica el municipio realejero con la localidad del Puerto de la Cruz. Según anunció el mandatario aunque las obras de la vía están concluidas aún no se ha recibido oficialmente, pues está pendiente de la instalación de la iluminación que se pondrá en funcionamiento en breve.
Oswaldo Amaro se congratula por cuanto “no sólo se trata de una vía necesaria de conexión entre ambos municipios, sino primordial para Los Realejos y el desahogo del tráfico en esta Villa”. El mandatario recordó que las obras han supuesto una mejora sustancial tanto al denso tráfico que atraviesa esta zona diariamente, habida cuenta de la importante actividad económica que se ubica en ella, sino en cuanto a la mejora de la calidad de vida de los residentes de los núcleos que conecta”.
Las obras se recibirián oficialmente en unas semanas “pero se ha decidido su apertura, inicialmente por tramos -según iban concluyendo- y posteriormente en su integridad al tráfico dado que su ejecución se prolongó en el tiempo más de lo previsto y ya se había convertido en una demanda de sus múltiples usuarios”.
Los trabajos afectaron a una superficie de 1,8 kilómetros de la carretera Tf 1.323, tramo que se extiende entre la calle Bencomo -dentro del término municipal de Puerto de la Cruz- y la C-820, a través del camino de El Burgado. Los trabajos consistieron en la mejora y ampliación -en algunos puntos- de la vía, y entre las obras efectuadas se encontraban la creación de glorietas, aceras y cuatro carriles nuevos en ambos sentidos para la circulación de vehículos, con una mediana en el centro ajardinada.
Las obras supusieron una inversión de algo más de cinco millones de euros aportados entre el Cabildo de Tenerife y los Ayuntamientos de Los Realejos y portuense, previa firma de un convenio de colaboración y tras resolver, en su día, las expropiaciones de terrenos que se precisaban para mejorar la vía. Los trabajos fueron adjudicados por el Cabildo y comenzaron en 2005 y, tras superar muchas vicisitudes, han concluido recientemente.
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