21 de mayo de 2012

Se demolerá de manera urgente “El Tope” para evitar nuevos derrumbes en la playa del Socorro


La playa continuará abierta al público, ya que esta actuación únicamente obligará a cerrar el tramo final de la carretera de la playa, en la zona que se utiliza como viradero


El alcalde de Los Realejos, Manuel Domínguez (PP), firmó la pasada semana la declaración de obra de emergencia de la demolición de un talud inestable, conocido popularmente como “el Tope” en la parte final de la carretera de la playa del Socorro. La decisión municipal se produce tras la caída de piedras en la zona en los últimos días. El objetivo del gobierno es actuar la próxima semana para que el verano se afronte sin este riesgo importante en la cala más visitada del litoral realejero.

"Hay que actuar ya. Esa zona no puede esperar más tiempo. Los técnicos nos han advertido de que ese talud, de grandes proporciones, se puede venir abajo en cualquier momento y nuestra obligación es garantizar la seguridad de todos los usuarios de la playa", indicó el primer edil realejero.

"Vamos a demoler el talud inestable y así se lo hemos comunicado ya a Costas. La situación es de emergencia y por eso no podemos esperar al trámite de un expediente normal", señaló el alcalde.

El Ayuntamiento realejero tiene previsto actuar la próxima semana, pero también trabaja para determinar la propiedad de la zona afectada. Domínguez apunta que "tratamos de averiguar a quién pertenece esa ladera, sin embargo, ya tenemos decidido que vamos a actuar de forma inmediata, al margen de ese trámite".

Según recalcó Domínguez, este riesgo de desprendimientos no obligará a cerrar la playa al público, "pero queremos actuar ya para no tener problemas en verano".
La playa del Socorro estuvo cerrada nueve meses, entre final de 2009 y el verano de 2010, para ejecutar obras que redujeran el riesgo de desprendimientos.

La zona donde se intervendrá ahora quedó fuera de la actuación que terminó en septiembre de 2010 e incluyó la limpieza y descarga de los taludes, la instalación de mallas de seguridad y la creación de muros de contención. En aquella actuación se invirtieron más de 400.000 euros, pero quedaron varias zonas sin asegurar, como la que ahora preocupa al consistorio.

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