Una placa conmemorativa
de su paso y estancia en el municipio durante más de 20 años se instaló el
pasado viernes en la Ermita de La Gorvorana
La ermita de La Gorvorana, ubicada en Toscal Longuera y
propiedad de la familia Acevedo González, luce desde hoy una placa
conmemorativa en memoria de Matías de Gálvez y Gallardo, el que fuera
administrador de la Hacienda de La Gorvorana y las Aguas del Burgado del
Realejo entre 1757 y 1778, y de su hijo Bernardo de Gálvez, siendo ambos a la
postre tenientes generales y virreyes de Nueva España. En el caso de Bernardo
de Gálvez, nacido en un pueblo de Málaga, pero pasando gran parte de su
juventud en la Hacienda de La Gorvorana durante la administración de su pjadre,
ha recibido recientemente a título póstumo el nombramiento de ciudadano
honorífico de Estados Unidos, distinción que sólo han alcanzado siete
personalidades de origen no americano, además de presidir un retrato suyo una
de las paredes del Capitolio del Congreso estadounidense. En el acto celebrado
en la tarde de este viernes 10 de junio intervino el teniente de alcalde y
concejal de Patrimonio Histórico de Los Realejos, Adolfo González, en presencia,
entre otros, de representantes de la autoridad militar, de la familia Acevedo
González y de la Fundación Bernardo de Gálvez, procedentes de Málaga y el
párroco de Toscal Longuera.
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