Se trata de uno de los más reconocidos narradores orales del momento a nivel nacional, que ha integrado a este espectáculo su otro texto ‘La casa del mal aliento’
El área de Cultura del Ayuntamiento de Los Realejos presenta una nueva propuesta de espectáculo para este sábado, día 8 de octubre, a partir de las 21:00 horas en la Casa de la Cultura. Se trata de ‘Las cuatro esquinas’, un montaje inspirado en una obra de acento biográfico escrita por Félix Albo, el propio narrador oral que saldrá a escena, uno de los artistas españoles de este género más solicitados actualmente.
Su texto ha experimentado una serie de transformaciones hasta convertirse en una divertida propuesta netamente escénica de algo más de una hora de duración. El montaje está integrado por los dos textos elaborados el pasado año por Albo, ‘Las cuatro esquinas’ y ‘La casa del mal aliento’. Tanto en el primero como en el último el autor implica al espectador en la trama argumental de los mismos, empleando siempre en primera persona numerosos recursos cómicos, una de las claves de ambas narraciones que por primera vez se estrenan con una dimensión teatral.
En el primero de ellos que da título al espectáculo, el actor se refiere a la experiencia de varios adolescentes que por una serie de rocambolescas situaciones se conocen en un reformatorio. La crueldad de la infancia, la rígida metodología de la enseñanza en un centro de una conocida orden religiosa y los primeros amores de juventud, se suceden a lo largo de un texto ácido pero tierno y de inesperado desenlace, que ensalza el poder de la amistad como tabla de salvación entre tres singulares personajes.
‘La casa del mal aliento’ rememora unos sucesos surrealistas y disparatados que tienen lugar en una remota aldea de Soria de 215 habitantes, vinculados al episodio nunca cerrado de las disputas entre las dos Españas. Para otorgarle cobertura escénica al trabajo de Albo, el director tinerfeño Severiano García ha desarrollado durante un tiempo una intensa labor junto al actor, a quien le ha ayudado a aprovechar y dominar el espacio escénico, pulir gestos y enfatizar su presencia en el marco de una escueta escenografía bañada por un cálido efecto lumínico. El montaje Las cuatro esquinas nada tiene que ver con los monólogos de la Paramount ni con una sesión de recurrentes chistes hilvanados. Pero sí se aproxima muchos más a la apreciada propuesta de Pepe Rubianes o de Rafael Álvarez, el brujo.
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